jueves, 23 de enero de 2025

LA PISCINE de Jacques Deray. Recensión de un guion cinematográfico muy especial.


La piscine fue dirigida en 1969 por Jacques Deray y protagonizada por Alain DelonRomy SchneiderMaurice Ronet y Jane Birkin.  Se trata de una película francesa protagonizada por dos actores (Delon y Schneider) que se encuentran en el momento álgido de su maestría interpretativa pero también en el apogeo de su belleza física, algo imprescindible para la trama y el alma de la película. A modo de anécdota, cabe recordar que Delon y Schneider, unos años antes, habían sido novios en la vida real (en realidad, la prensa rosa del momento los llegó a considerar los novios de Europa) lo que parece contribuir a la tremenda química que muestran en la pantalla.

La piscine se ha etiquetado en algunas reseñas como thriller psicológico, aunque en realidad tiene más de psicológico que de thriller, por más que acabe en un asesinato que no es otra cosa que el desenlace.  La considero un drama pasional. Un drama cargado de erotismo y de conflictos psicológicos.

En la película, Jean-Paul (Delon) y Marianne (Schneider) son una pareja de treintañeros –burgueses, bellos y perfectos– que pasan unas vacaciones en una villa de Saint Tropez prestada por unos amigos. Las primeras escenas resultarían lentas en cuanto a la trama, de no ser por la magnífica escenografía, el lujo de la villa, la luz mediterránea y sobre todo la belleza y erotismo de sus protagonistas, entre baños en la piscina y placidez hedonista en general. Inesperadamente, Jean-Paul y Marianne reciben la visita de Harry (Ronet), el amigo de Jean-Paul que les presentó y que, según parece, en algún momento había sido amante de Marianne. Harry es un hombre atractivo y sobre todo un triunfador. Llega en un flamante Maserati y acompañado de una preciosidad lánguida de 18 años que esta vez no es uno de sus ligues, sino su hija Penélope (Birkin) de quien todos desconocían su existencia. A pesar de la aparente alegría por el reencuentro, desde el primer momento se intuye la tensión que irá degenerando en celos, envidias y rivalidad y que llevará un final trágico.



He elegido esta película porque cada vez que la he visionado descubro detalles interesantes, porque fue un éxito en su momento y porque retrata perfectamente una clase social, la intelectualidad burguesa, que emerge en libertad en los años 60 en Francia. También por la sutil exposición de múltiples conflictos psicológicos. Y también por su bella fotografía e, incluso, por el vestuario cuidado y fascinante (algunos vestidos de las Birkin y Schneider son de Courrèges, el icónico modisto francés de la época).

 


 

Cuestiones que plantea el guion de La piscine

 

 

¿Sigue una trama de acción o de personajes? ¿Por qué la persona guionista eligió plantearlo así? 

 

Claramente se trata de una trama de personajes. El guion está basado en una novela y creo que deliberadamente huye de la acción, en el sentido que llegamos a sentir que en ningún momento de la película sucede nada, al menos hasta el final. No hay un incidente externo azaroso que guíe la trama. Creo que tanto el autor de la novela como el guionista optaron por esta trama porque la originalidad de la película radica en la profundidad psicológica de los personajes, en sus personalidades complejas y su mundo interior, en sus traumas, y en cómo se traduce todo a la hora de interactuar entre ellos. En todos los personajes, el conflicto psicológico se presenta además de una forma compleja, exquisita y muy sutil. El remake de esta película (“Cegados por el sol” (2015) de Luca Guadagnino), en mi opinión, adolece de este refinamiento, ya que la psicología de los personajes esta vez es mucho más simple y estereotipada, también es demasiado explícita, igual que lo son las escenas eróticas, y en cambio nada de todo esto llega a impactar tanto en el espectador.  

 

A la hora de observar al personaje protagonista principal, ¿Qué le pasa? ¿cómo le pasa? ¿qué cambia en su vida? ¿cómo le va a afectar en el futuro? 

El personaje protagonista, Jean Paul, caería en ese estereotipo tan trillado de escritor fracasado, alcohólico y atormentado si no fuera porque en este momento de su vida ya ha superado el trauma del fracaso de su novela, ha aceptado un nuevo trabajo y se ha desenganchado de su adicción al alcohol. Es decir, la película empieza con su conflicto principal ya “resuelto”.  Al menos aparentemente. Él ahora está absolutamente dispuesto para ser feliz, se encuentra de vacaciones en una villa idílica de la Costa Azul. Se deja broncear por el sol y retoza en la piscina con su bella pareja.

 


El elemento disruptivo a toda esta placidez aparecerá en la siguiente secuencia, encarnado en la figura de su amigo Harry. Harry les visita inesperadamente. Es un triunfador y se presenta presumiendo de Maserati y acompañado por una hija preciosa de 18 años que nadie conocía.  En este momento nos damos cuenta de que esas imágenes idílicas de nuestro personaje protagonista y de su novia en la villa, ese dolce far niente que tal vez nosotros envidiamos, para él suponen, en el fondo, una rendición y una aceptación del fracaso.

 


La simple presencia del exitoso Harry en la villa, con toda su jovialidad, su vanidad, su fanfarronería, son un recordatorio del fracaso de nuestro protagonista. Se van abriendo grietas en el ego de Jean-Paul por las que aflora ese fracaso anterior que él creía superado.  Conforme avanza la trama, las provocaciones de Harry generarán un conflicto externo, aparece la a las claras la rivalidad entre ellos y surgen los celos por la complicidad que se percibe entre Harry y Marianne. (Jean- Paul sabe que en algún momento fueron amantes).

Todo esto le afectará en el futuro: se renovarán sus inseguridades, volverá a flaquear su autoestima por el fracaso de su novela y, sobre todo, sentirá celos por la actitud ambigua de Marianne con Harry.

 

¿Cómo es la dinámica de conflictos? 

 

Hay un conflicto interno del personaje protagonista Jean-Paul, como escritor fracasado. Su propio complejo de inferioridad le hace vulnerable a las provocaciones de Harry. Sin este complejo no le habría afectado de la misma manera la intromisión del fanfarrón amigo en su vida, ni el flirteo correspondido de este con Marianne. Se intuye un arco de transformación del personaje que abandona la aceptación/rendición ante el fracaso y ahora necesita, de alguna manera, superarlo venciendo a su antagonista en algún terreno.

 

Los conflictos de relación entre personajes son, como digo, una consecuencia directa del conflicto interno de Jean-Paul. Sin sus inseguridades, los incidentes que los desencadenan no habrían pasado de puras anécdotas.

 

En concreto encontramos:

 

-Conflicto primordial del personaje protagonista con la figura de su amigo. Las provocaciones y fanfarronerías de Harry que evidencian los fracasos de Jean-Paul, añadidos a los flirteos de éste con Marianne, le roban la paz y le retornan a su desasosiego anterior.

 

-A parte del conflicto evidente entre los dos personajes masculinos, aparece un conflicto inevitable entre Jean-Paul con Marianne provocado por los celos de aquel. Jean-Paul siente celos por la complicidad entre su amigo y Marianne, aunque los manifiesta de una manera muy sutil: a la manera “civilizada” del intelectual francés, culto y moderno de los años 60.  

 

-Penélope y Harry. Penélope ha aceptado de una manera sumisa pasar estos días de vacaciones con su padre Harry, pero no siente aprecio por él. Es consciente de que él siempre se desentendió de ella como hija y que no ha sido hasta ahora que se ha fijado en ella, cuando ella ya se ha convertido en una joven guapa de la que presumir y con la que, por pura vanidad, incluso juega a dejar que la gente crea que se trata de un ligue. Íntimamente, Penélope tal vez sea quien más duramente juzgue a su padre, cuando observa como coquetea descaradamente con Marianne delante de Jean-Paul o cuando se burla del fracaso de su amigo. Penélope se convierte en el personaje de apoyo de Jean-Paul, en una especie de aliada. Esta alianza tácita sumada a una mutua atracción física (que en determinadas secuencias de la película resulta absolutamente sensual aunque solo se palpe y no se explicite) hace que, en una especie de acto de rebelión,  acaben desapareciendo unas horas de la villa y reaparezcan a la hora de la cena con evidentes signos de haber tenido sexo (ella aparece con el pelo mojado y con la chaqueta de él puesta…).   


-Esta alianza-rebelión de Jean-Paul y Penélope, en forma de escapada sexual, invierte de golpe los papeles. Ahora son Marianne y Harry los espectadores inseguros y celosos.

-Conflicto de Marianne y Jean-Paul con los papeles invertidos. Marianne explicita los celos que siente por la infidelidad de Jean-Paul de una forma mucho más clara, aunque igualmente elegante y civilizada. Le recuerda a Jean-Paul que “es libre para marcharse”.

-Harry es ahora quien se siente “vencido” por Jean-Paul. Se da cuenta de que Jean-Paul le ha vencido por no caer finalmente en sus provocaciones y, sobre todo, porque ha seducido a su hija, es decir, a la única mujer por la que él no puede competir sexualmente.

 

 

 

¿Se enfrenta el personaje protagonista a alguno de los riesgos psicológicos de Linda Seger? 

 

Aunque al principio parece un miedo superado, está claro que en el personaje protagonista subyace el miedo al fracaso o la derrota al ver frustrada su vocación de escritor. También, hay un miedo a la perdida del amor de Marianne que sería consecuencia de convertirse a sus ojos en un hombre fracasado y sin talento.   

 

 

¿Encaja la historia en alguna de las 20 tramas universales de Ronald Tobias o alguna de las planteadas por Blake Synder? 

 

Atendiendo a la clasificación de Ronald Tobias, considero que se trata de una trama de transformación debido a que el personaje sufre un cambio radical psicológico positivo, aunque, paradójicamente, culmine en un asesinato.

Por otra parte, el momento en el que el personaje protagonista asesina a su amigo, ahogándolo en la piscina, según mi parecer supone el desenlace de la trama principal de la película y, a la vez, es el inicio de una segunda pequeña trama. Es decir, en la parte final, la película se convierte en pequeño thriller psicológico. Llegados a este punto, y citando a Patricia Highsmith, Jean-Paul se ha convertido en “el villano que nos cae bien, justificamos y no queremos que pague por su delito”.  Ligado a esto, yo diría que, entre las tramas de Blake Synder, aquí tenemos “un monstruo en casa”. Entre Marianne, el policía que se ocupa del accidente de Harry y, en cierta manera, Penélope, se crea un laberinto de sospechas y dolor entorno a Jean-Paul. Este laberinto acabará con la prueba máxima de amor incondicional y de fidelidad de Marianne, una prueba más fuerte que la fidelidad sexual, que es encubrir a Jean-Paul y aceptarle, no ya como escritor fracasado, sino directamente como asesino.  

 


 

 

 

Piensa en un logline y tagline alternativos a los que se terminaron usando en la realidad. 

 

No he conseguido encontrar ni el logline ni el tagline que se usaron en su momento. 

 

Propongo los siguientes:

 

LOGLINE: El calor y la alegría del verano en la Costa Azul. Una lujosa villa prestada por unos amigos cerca de Saint Tropez. Y, alojados en ella, un atractivo escritor y su novia, entregados al hedonismo y la sensualidad, bellos, ociosos y bronceados. Él ha superado el fracaso de su novela y también su adicción al alcohol, y se ha conformado con un trabajo insustancial. La vida por fin fluye feliz y los días son perfectos. Pero la visita inesperada de un amigo de él y ex amante de ella –un triunfador vanidoso y bon vivant– acompañado de su hija de 18 años trastoca esa atmósfera de placidez cargándola de celos y rivalidad.

 


TAGLINE:  Eres libre, lo sabes. Totalmente libre.

 

Elijo como tagline una frase de Marianne que en la película condensa su reacción de celos “civilizada”. Es la frase que espeta a Jean-Paul cuando sospecha que le ha sido infiel con Penélope.  Y esos celos contenidos y esas rivalidades solapadas están presentes durante toda la película.  

 

miércoles, 13 de noviembre de 2024

SE VA SOLSINT. OTRA FORMA DE VER EL MUNDO. De Patricio Barquín. Nautilius Ediciones (2024)

 

 

Amb un estil mot personal i un punt d’humor de vegades irònic, i fins i tot entremaliat, entre el 2016 i el 2022, l’escriptor i periodista fragatí Patricio Barquín va publicar un seguit d’articles a la revista Temps de Franja.  Ara tenim la fortuna de poder-los llegir  aplegats en aquest llibre. Es tracta d’un conjunt de textos cavil·lats, estofats o, tal com ell diu, solsits en un territori pròxim, veí, escrits en la meravellosa variant dialectal  fragatina i traduïts alhora al castellà en el mateix llibre.

En aquests textos, que aparentment tracten tota mena de temes els títols tenen la seva originalitat, una mena de marca barquiniana–, sempre acabem ensopegant amb un rerefons comú, una mena d’essència:  la resposta d’un anarquista als desafiaments reals del nostre segle, una mena de voluntat de ressetejar la Postmodernitat.

L’estructura d’aquests articles també té el seu què, aquí també es deixa veure la marca barquiniana. Els articles de Barquin sempre t’enxampen amb introits diversos, en el quals igual et pot explicar que té la passa (és a dir, que té gastroenteritis) com et pot parlar d’Aristòtil. Només amb això, ja en tindríem prou per gaudir una estona. En aquest introit, ens trobem amb històries divertides, apunts culturals o un bast i sorprenent anecdotari  Per exemple, gràcies al llibre, per fi he entès d’on venia allò dels perjúmenes i totes aquelles paraules estranyes de les cançons de Los de Palacagüina.

 Això sí, després d’aquest introit  no sé pas com s’ho fa en Barquín, gairebé no te n’adones, que ja t’han colat un gir al guió arribats a aquest punt és capaç d’haver emprat un “satisfayer” per introduir una anàlisi electoral—. Aleshores, per fi, et planta el missatge profund, malgrat el to alegroi. Ara l’article t’ha desviat de l’anècdota i t’alerta de les realitats que vivim, com ara de l’indiscutible canvi climàtic, de l’immobilisme social o de l’embadocament de molts antisistema actuals amb els discursos populistes. O qüestiona aquestes pseudo-revolucions de xarxa social i ens recorda que la revolució no és allò que passa a Facebook o Instagram. O explora, per exemple, el concepte de “modernitat” com a contraposició a “ritme natural de vida en un entorn natural. I aquí reclama coses com «Poder evocar (com Marcel Proust amb la celidònia sucada al te) un temps ¿perdut? En que natura i humans formàvem un tot i ens miràvem a la cara, sense avergonyir-nos del tracte que ens hem dispensat».  

I d’aquest manera, l’autor, agafa totes aquelles totxanes de pensaments que a nosaltres ja ens ballaven disperses pel cap i arma tot un edifici essencial, bàsic, senzill i ecològic, i molt ben estructurat.  És més, Barquín, fa com de clau anglesa, perquè sempre acaba donant una volta més al cargol dialectal: planteja, replanteja, arriba a la síntesi i, després, la remata.

Per acabar, jo diria que, coherent amb les seves idees, Barquín és un dels pocs pensadors actuals  que, sòlidament afermat a les pròpies conviccions, és capaç d’acceptar “amics”–compte, no parlo només de “tolerar idees”– amb punts de vista diferents perquè entén que aquesta és l’única manera d’enriquir-nos i eixamplar la ment. Sí, senyors, ells els anomena “amics”. No ho trobeu extraordinari? Potser, per això mateix, en aquests textos després trobarem idees tan subversives i conceptes tan extraviats com el de “fraternitat”. Qui és, al segle XXI que parla de “fraternitat”, senyors?

 En fi,  Se va solsint. Otra forma de ver el mundo, és un llibre perfecte per fer-nos companyia aquesta tardagor i preparar-nos per obrir els ulls davant la cegallosa cúmbia de l’hivern que s’atansa en sentit literal però també figurat.

 

Nota final: Quan vaig començar el llibre, no pensava pas haver de recórrer a la traducció al castellà fins que vaig anar descobrint la riquesa lèxica de la variant de la Franja. I ara he aprés, per exemple,  que el voltorn és la xafogor, saldoni vol dir imbècil i que enguels no és l’amic de Marx sinó simplement un gilipolles.

domingo, 20 de octubre de 2024

VELLES POSTALS ACOLORIDES A MÀ. De Júlia Costa. Stonberg Editorial (2023)

 

                                  El paisatge en transformació, la vida en mudança. 

 

Velles postals acolorides a mà: quan, a l’era de la Intel·ligència Artificial,  topem amb un títol com aquest en la portada d’un llibre, de seguida intuïm una autenticitat poc habitual en la literatura produïda en els últims temps.  La ficció contemporània se sol ambientar o bé en un entorn rural més o menys idíl·lic o en un món urbà i burgeset. Però, on són les històries protagonitzades per l’obrer o el menestral, la filla del xarnego malagueny o la dona de fer feines? On és, en definitiva, aquest paisatge molt més real i proper a les nostres vides? La resposta es troba en aquest collage de postals en forma de narració que aplega el darrer llibre de l’autora Júlia Costa.

Julia Costa, la prolífica escriptora del Poble-Sec, abastament premiada, torna a invertir la seva mestria en aquest conjunt de vint relats força heterogenis, en alguns dels quals hi trobarem, tanmateix, certs temes recurrents com el pas del temps i el canvi que aquest comporta. Molts dels personatges de Velles postals acolorides a mà estaran marcats per alguna mena de canvi, com ara la fugida d’un món rural en declivi, l’emigració a Barcelona, el desarrelament. I a través de les seves històries potser arribarem a la conclusió que, amb els anys, la vida ens doma i ens encarrila, i que al final, tots hem acabat d’alguna manera renunciant a somnis i ideals.  

De la mateixa manera, la transformació pel pas del temps que pateixen els personatges, com en una estructura fractal, es reprodueix en les ànimes de la Barcelona real i de la Userda imaginada –els dos escenaris preferits de l’autora, punts al mapa físic on interactuen els seus personatges –. I, fins i tot, els canvis arriben a l’ànima dels seus edificis. La copsem en l’antiga masia convertida ara en negoci de turisme rural o en el pis construït el 1904 a Santa Madrona, i també, en certa manera, en el pis de la senyora Ramona (“un pis petit com un cop de puny”). Però està present especialment en el pis del terrat, amb uns forats a la paret produïts per uns trets de fusell, que l’inquilí actual, un centreamericà amb família nombrosa, taparà sense contemplacions, esborrant per sempre la història “d’un maig de tràgiques conseqüències per a la dignitat de l’esquerra”.

En aquest aspecte, podem dir que l’autora esdevé una cronista del contrast. Un contrast generat pels canvis esmentats, pel creixement de Barcelona amb l’arribada d’una immigració catalana i espanyola primer, després estrangera. D’aquella Barcelona que ha passat de vendre llet a les vaqueries a llogar pisos turístics. I, per sobre de tot, és la cronista del barri del Poble-sec i de l’arc de transformació dels seus veïns,  de l’obrer volenterós, de la dona que ha d’anar a comprar “fiat” i també del Paral·lel amb les seves artistes i querides.  És la cronista de tot un canvi generacional  i de classe social.

Velles postals acolorides a mà ens enxampa a través de la fascinació que sentim pel personatge proper però singular, com la cansaladera i el seu fill, ambigu i disbauxat, del relat Jèssica Superestar, o la protagonista de Fent dissabte que va a fer feines “sense necessitat” perquè el marit ja guanya una bona setmanada i acaba netejant per a una d’aquestes "dones modernes", gairebé com a acte caritatiu, amb el gir sorprenent que tot això suposarà a la seva vida.  En certes narracions ens arribarà a semblar que som davant d’uns personatges que, en un passat ja gairebé oblidat, havien compartit història amb la Teresa i el Pijoaparte de Marsé o que van rondar pel carrer Bolívia i que ara, que ja s’han fet grans, després de tants anys i tantes voltes com dona la vida, són persones absolutament diferents de qui van ser.

És inevitable que els lectors que enfilem allò que se’n diu tercera edat,  ens reconeguem en algunes peripècies de certs personatges, els més afortunats es reconeixeran en aquells que van progressar al llarg del temps, d’altres en els que han anat a menys, circumstància simbolitzada  irònicament a El fantasma de la malaguenya en el fet de viure en un pis “sense ascensor”. Personalment, m’ha sorprès com m’he identificat amb el protagonista del relat Boira baixa. Per una d’aquelles coincidències de la vida, quan vaig llegir el relat, feia poc que, en una conversa amb una amiga retrobada de la infantesa, vam acabar reconeixent totes dues una mena de fal·lera impacient de viure i “conèixer” que vam coincidir en atribuir a la recent estrenada vellesa. En aquest sentit, “la curiositat nova” i els pensaments del personatge de Boira baixa podrien ben bé ser els nostres quan es diu que:  Fou en assolir la maduresa, quan els cabells li començaven a clarejar, quan es va adonar de com havia passat pels anys amb indiferència, sense mirar per poder veure, sense entendre res”.  I sobretot, més que res, dolorosament, la meva amiga i jo, faríem nostra  aquesta frase: “... i es planyia per la pèrdua de persones com els avis, a les quals no havia sabut escoltar i que s’havien emportat amb ells la història oblidada.”

Però això no és tot.  Per acabar és necessari afegir que el gaudi de llegir Velles postals acolorides a mà és doble, perquè, a part de la grapa argumental d’aquest seguit d’històries i del retrat captivador dels personatges, l’autora ens delecta amb el seu estil literari personal,  introduint en tot moment, amb la seva veu narradora, el punt d’ironia i humor justos i precisos a cada relat. I, per damunt de tot, perquè encara és d’aquelles escriptores que són capaces d’explotar la riquesa de la nostra Llengua. La Júlia Costa guarda un formidable fons d’armari lèxic i de construccions catalanes genuïnes que malauradament comencem a trobar a faltar, ja no tan sols en el dia a dia i al carrer,  sinó en el panorama literari actual.  

 


 

 

 

martes, 3 de septiembre de 2024

VA DE CULS

 

Text no apte per a ments refinades o intel·lectes avesats a la literatura pulcra i selecta.


Els culs tenen personalitat pròpia, independent, i de vegades fins i tot antagònica a la del seu portador. “Cada qual és cada cul”, proclamava la padrina d’una meva amiga de l’adolescència, refent la dita, en una versió pel meu gust molt més encertada, del “cada qual és cadascú”. Realment és així, el pandero és l’altra cara de la moneda, la nostra cara oculta. Tot i que els darrers anys, aquest siti normalment amagat, se’ns ha anat descobrint, especialment a piscines i platges, on han proliferat els culs a l’aire. Parlem, és clar, de culs femenins, que són en realitat els més expressius i dignes de ser exposats, llevat d’alguna excepció. Ja aviso per endavant que aquest escrit no pretén la reprovació puritana encoberta –per a això ja tenim els neo-inquisidors falsament progressistes– i encara menys pretén semblar el sinofós envejoset d’una sexagenària –servidora–  que encara gràcies que trobi bikinis de la seva talla.  Aquí només constato un fet objectiu. Un fet en el qual, segurament degut a la gran sobreexposició de culs imposat per la moda dels últims temps, no havíem caigut. I aquest fet és que despullar les natges és com despullar l’ànima. Sigui bo o dolent, això de despullar-la, cosa que ara no sabria dir. La realitat es que els culs parlen i, el més bo del cas, el més extraordinari de tot, és que la seva propietària ignora el que diuen per una simple raó antropomètrica. N’hi ha de totes formes i volums, res més democràtic en aquest sentit. N’hi ha d’escarransits, de mesurats i d’exorbitants. N’hi ha d’elegantíssims com el de la meravellosa Mireille Darc  a la mítica escena de Le Grand Blond avec une chaussure noire (1972) però també n’hi ha de barroers a l’estil Pepe Gotera. Els elegants es fan admirar i els garrulos ens fan riure. Els escanyolits poden semblar tristos i lànguids, de vegades severs o, segons com, fins i tot intel·lectuals. Els grossos, en canvi, són expansius i més alegres, i de vegades indolents. A la platja, els més joves saltironegen jugant a vòlei i alguns, potser fa un moment, han estat asseguts a la guingueta, a la mateixa cadira de plàstic que tu ara ocupes mentre et prens la coca-cola. Aleshores és inevitable pensar en allò que no volies pensar, perquè va contra l’estètica i la higiene i contra tot: si se’n separen les galtes, d’aquell cul, tal com Moisés va fer amb el Mar Roig, allà al mig hi trobaríem el forat, l’ull, la ullera*, el centre de tot l’eufèmic. I si, tal com també sentenciava  la padrina de la meva amiga, cap dels forats del cos humà expulsa res d’agradable, el forat del cul, afegiria jo, s’endú la palma d’aquestes expulsions. En qualsevol cas, si algun dia la convenció social arribés a imposar  –a causa d’una moda,  un cataclisme climàtic o pel mateix esdevenir natural de la història–, que la gent anés amb la cara tapada i el cul a l’aire, estic convençudíssima que ens reconeixeríem igual de bé els uns als altres, perquè tots els culs, estàtics o dinàmics, parlen per sí sols.

 

 

*En castellà els finolis diuen en singular el pantalón o la gafa, i  la plebs emprem el plural i el mateix passa en català. Sap greu però ullera, si més no els que hem tingut padrina de poble, sabem què vol dir una altra cosa. I ara aprofito aquest escrit per reclamar, a qui correspongui, que al DIEC que s’exclogui l’accepció primigènia d’ullera i quedi reduïda a la de  l’ús popular, sinònim d’anus. Aquest és el meu clam pel decòrum lèxic, De la mateixa manera que avui ja ningú no diria catxar per referir-se a donar la mà, que és el significat original de la paraula.  Sisplau, no diguem ullera en comptes d’ulleres per fer-nos els fins, tal com fem amb els pantalons.


martes, 30 de julio de 2024

La Guerra dels Tres Diumenges

 


Corria la Festa Major del 76, curiosament, ara me n'adono, encara no feia un any que Franco era mort. Però em sembla que aleshores ja ningú no se'n recordava. El jovent estava viu i se sentia lliure.  I els xics i xiques de Seròs s’aplegaven a la penya Angelina i en altres penyes de noms originals. Els temps tot d’una esdevenien moderns.  


El Moto Club Seròs, per aquelles dates,  organitzava una impressionant concentració que trasbalsava l'odre de tot plegat en el bon sentit i que emplenava el poble motards de tota Europa. Ja aviso per endavant que el que ara relataré és allò que jo recordo, que potser no és realment el que va succeir perquè ja sabem que la memòria personal és rebel i infidel. Per això mateix, qualsevol esmena o dada afegida serà benvinguda.

A part de la concentració de motos, en el transcurs d’aquella Festa Major, el Moto Club també  va celebrar una competició de Trial a la serra del costat de les piscines, amb un èxit rotund de públic local. Però aquella competició tenia un punt anecdòtic, que podia semblar sense importància, i era que, argüint  que es presentaven fora de termini, s’havia negat la inscripció a un grup de joves de La Granja d’Escarp. El cas és que l’espectacle, com he dit, va ser un èxit i, com es pot apreciar a les fotos, els participants serossans van guanyar força premis.  Un xicot en concret, Fèlix  que a sobre era un dels guapos oficials de les contrades, es va endur la copa del primer premi. I aquest copa, després, es va deixar exposada al bar de l’Asturià, imagino que junt amb els altres premis, per poder ser contemplada  per parroquians i veïns del poble. La cosa, però, no acabaria aquí. Els xavals de la Granja es veu que no s’havien pres bé aquella exclusió a participar, o potser no s’havien cregut l’explicació que se’ls havia donat per vedar-los l’inscripció  allò que estaven fora de termini. O potser simplement es va tractar d’una bretoladeta juvenil de les de tota la vida. El cas és que la copa de Fèlix va desaparèixer del bar de l’Asturià i l’autoria d’aquesta desaparició se’ls va atribuir a ells sens cap gènere de dubte. Ara no sabria dir si se’ls va culpar directament perquè van arrabassar la copa sense contemplacions, davant de tothom, o si ningú ho va veure realment i se’ls va atribuir un robatori sense proves. Això va succeir a l'albada d’un diumenge de festa major, a una hora que el poble estava desert i gairebé tothom era a retiro. I dic gairebé, perquè, a part de la copa, també es van  assaltar i destrossar penyes i en una d’aquestes penyes, un serossà que s’hi havia quedat a dormir, va guipar des d’un amagatall com es pixaven al bidó de sangria.  

El diumenge següent, aquest grup de joves granjolins va acudir a la discoteca Baix Segre de Seròs. Com sempre, com cada diumenge. Com si res. Però aleshores els  serossans, que potser ja els esperaven, els van demanar explicacions sobre els fets a la manera expeditiva d’aquella època. Els altres va respondre de la mateixa manera expeditiva i la discoteca es va transformar, en un tres i no res, en un saloon de pel·lícula de l’Oeste. Tamborets i tauletes volaven i les punyades anaven descarregant contra un i altre bàndol. En resum, emprant la terminologia de l’època: la basca es va hostiar.  D’altra banda, hostiar-se en discoteques era habitual en aquells temps, jo diria que arreu del món, però aquesta vegada hi havia un petit problema: els de La Granja estaven en inferioritat numèrica. I això suposava una injustícia que clamava una reparació.

Aquesta reparació va arribar el tercer diumenge. (Aquesta guerra estava bé perquè només es lliurava en diumenge. Entre setmana, la gent podia fer vida normal, anar a treballar, etc.). Era primera hora de la tarda, jo tenia tretze anys acabats de fer i en aquell moment em trobava casualment mirant per la finestra de casa. Casa meva, per qui no em coneix, era una de les Cases Noves i es trobava al carrer paral·lel de la discoteca on la setmana abans havia tingut l'ocasió de presenciar la baralla de l'oeste.  El cas es que jo em trobo asseguda mirant a través de la finestra i tot d’una veig com del capdamunt del carrer apareix un estol, o millor dit, una autèntica manifestació de granjolins. No sabria dir quanta gent hi havia, però diré que, al llarg de la meva vida, he presenciat manifestacions molt menys nombroses. Aquella munió de persones anaven caminant plegats, a mode de manifestació silenciosa, i em va semblar que ni ells mateixos sabien exactament què havien de fer.  Al cap de no res, sense saber com, descobreixo que, enfrontada a aquesta manifestació, de la banda contrària del carrer, comença a aparèixer gent de Seròs. La memòria en aquest sentit em falla, però per força devien ser, tants uns com altres, homes (en el sentit tradicional del terme) però potser hi havia alguna dona. Això ara tant se val.  El que compta és que, en el moment que els caps d’una i altra manifestació van quedar encarats, potser a mig metre de distància, el silenci es va fer absolut. D’aquells silencis densos que hom pot tocar. D’aquells silencis que es podrien modelar i on un instint ancestral ens hi deixaria pintar la paraula perill.  I alhora, totdéu immòbil com estàtues, cosa que encara acollonia més. Això, aquesta mena d’aturada espai-temporal, uns davant dels altres, quiets i muts, es va perllongar potser uns segons de rellotge però a mi em van semblar hores. Fins que, de sobte, l’espurna: la primera punyada. Ja podeu imaginar la continuació. Exacte: Oeste elevat al quadrat.  

Sempre he pensat que l’amor i el treball tot ho curen. I el cert és que, com que hi havia serossans que treballaven a La Granja, hi festejaven o hi tenien amics i coneguts, i viceversa, aquell episodi que semblava qui sap què, al final va quedar en no res. Com ha de ser.

En fi, eren uns altres temps, potser més expeditius però també menys hipòcrites. Tinc entès que en èpoques encara més remotes la rivalitat havia estat amb Aitona i a la Festa Major fèiem pagar l’entrada al ball segons l’accent amb que es pronunciés la paraula “grava”. Però aquesta és una altra història, de la qual jo ja no n'he estat testimoni directe.

 

lunes, 22 de enero de 2024

DE LITERATURA SELECTA, BAZOFIA EXCEDENTE Y GEMEBUNDOS EN GENERAL

 


Estos últimos años ha surgido una moda en forma de queja (la queja es el signo de estos tiempos) por un supuesto
exceso de escritores. Se argumenta que nunca antes se había escrito tanto y (por ende) tanta bazofia. Este tipo de afirmaciones no sé si se sustentan en algún dato positivo o si alguien se ha dedicado a contabilizarlo de alguna manera. Pero basta con revolver nuestros desvanes o con rebuscar por librerías de viejo para descubrir las ingentes cantidades de literatura de segunda y de folletín publicadas en el pasado.  Porque no, no todo lo que leían nuestros abuelos era Proust.  Nuestros abuelos  
los que podían y sabían leer— leían a Lewis Wallace pero también disfrutaban con novelitas de 0,50 céntimos absolutamente respetables por dos motivos:  porque son el resultado de un trabajo y porque, en su momento, satisficieron a sus lectores.



Por lo demás, cuando alguien emite una queja es porque hay algo que, como mínimo, siente que le perjudica. En el caso de los quejosos de la profusión literaria, nos podríamos preguntar si acaso lo son porque se ven obligados a leer esta bazofia excedente.  Se trataría, por supuesto, de una pregunta absurda, ya que ningún gemebundo está obligado a leer nada que no quiera. No, ellos, los gemebundos, más que de un perjuicio personal y directo, se lamentan de un supuesto daño a la buena literatura (así, en abstracto). Como si la existencia de los textos baratos la empobreciera. O, aún peor, como la presencia de éstos resultara una especie de agravio para aquella. Este fenómeno me resulta extremadamente curioso. Sobre todo me llama la atención que este lamento a la prodigalidad se centre siempre y exclusivamente en la literatura: “Hoy todo el mundo quiere ser escritor” o “Hay más escritores que lectores”, se suele decir. Sin embargo nadie se queja por el cultivo intensivo y masificado de cualquier otro arte. Nunca he oído “Hoy todo quisqui pinta cuadros” aunque encontremos pintores exponiendo hasta en mercadillos callejeros. Ni tampoco “Todo dios se dedica a la música, todo dios es cantante”, aunque en cada parroquia se monte un grupo coral. ¿Alguien sería capaz de sugerir que sólo tiene derecho a empuñar el pincel quien sea digno de acabar exponiendo en el Prado? ¿Todos los que juegan a fútbol ficharán para el Barça? ¿Todos los que bailan salsa acabarán en el Bolshói?  Si la música puede cobijar a miles de reguetoneros que nada tienen que ver con Mozart ¿a qué viene esa exquisitez con los escritores?  





URGEN RESPUESTAS. ANÍMESE A DARLA, SI LA TIENE.

martes, 16 de enero de 2024

EL COR ÉS UN CAÇADOR SOLITARI de Carson McCullers

Si només tingués un mot per parlar d'aquest llibre, aquest  seria solitud. L'isolament més àrid és constant i present en tots els personatges que coprotagonitzen aquesta obra mestra del gòtic americà sudista. Fins i tot els que poden sentir-se acompanyats perquè tenen una família , com ara el doctor Copeland, reneguen d'aquesta companyia perquè la seva, més que física, és una solitud intel.lectual, que prové de la incomprensió dels seus ideals i de la seva lluita.  

 L'autora, Carson McCullers té una biografia fascinant i escriu aquesta obra, aparentment el retrat  d'una petita ciutat industrial del Sud dels Estats Units, al 1940.  La novel.la, al lector actual, d'entrada li pot evocar les imatges de tantes pel.lícules americanes de l'època.  Gran casalots de famílies que les passen magres i es veuen obligats a tenir rellogats, la quitxalla que pispa xiclets en el bar decadent, la minyona negra, la dona abandonada per un marit penques i obsedida a presentar a concursos de bellesa a la seva nena.  L'ambientació i el context, a mi personalment, m'ha fet pensar en Matar un rossinyol, el film clàssic basat en una novel.la del mateix gènere.

Però el mèrit de la novel.la és com, a partir d'aquest marc i d'aquests personatges, ens descobreix les grans qüestions politico-socials que marquen els dies previs a la Segona Guerra Mundial.  Com aquests personatges contemplen de lluny l'ascens del nazisme a Europa. La impotència del negre doctor Copeland en veure la situació dels negres ("La història del meu poble serà comparada amb la interminable història dels jueus, només que serà més sagnant i més violenta").   El roig Jake, un obrer alcohòlic amb consciència de classe  ("Almenys una tercera part dels habitants del Sud viuen i moren no pas millor que els més pobres pagerols de qualsevol Estat feixista europeu"). Aquests dos personatges comparteixen la impotència en no aconseguir motivar, ni tan sols fer entendre, el seu missatge (La veritat) als altres oprimits com ells. Ans al contrari, sense anar més lluny, els companys de feina de Jake, a qui ell ha volgut adoctrinar el blasmen per l'esquena ("Si hi ha alguna cosa que odiï més que un negre, és un roig").   El savi Singer, un sord-mut que els "escolta" a tots i, malgrat al pròpia soledat, acaba exercint de taula de salvació de la resta. La seva habitació és el refugi on fa cap aquesta colla de "solitaris". Entre d'altres la petita Mick, l'adolescent filla dels seus dispesers. 

Escrita a 1940, hi descobrim un moment històric curiós, molt treballat, en aquesta novel.la. D'una banda el personatge Jake que beu de la lluita obrera i de les revolucions socials que sacsejaren el començament del segle XX ( tot allò que donà lloc a la revolució russa  i que als Estats Units s'acabarà diluint amb la persecució macartista).  En aquest sentit, són uns continuadors de l'antic pensament filosòfic marxista, tot i que rebutgen Stalin i, en cert sentit, tiren més cap a l'anarquisme. 

 D'altra banda, el doctor Copeland és un avançat als seus temps. Ell, i els qui foren com ell,  amb vint anys d'antelació, qüestionaran racionalment i filosòficament  el fet de la segregació racial, s'hi rebel·laran. El negre doctor reclamarà la el dret a la igualtat i, sobretot, a la dignitat.  És a dir,  d'alguna manera és un predecessor dels moviments pels drets civils dels anys 60 representats per  Luther King. 

En ambdós casos, tanmateix, tan la lluita del doctor Copeland com la de l'obrer Jake acaben xocant amb la servil, inculta  indolent, espècie humana.    

Ressenya a part es mereix un personatge que he obviat deliberadament: la Mick. L'adolescent com tots els adolescents, incorrecta, eixerida, entremaliada i plena de grans esperances. La seva història i la del seu germanet són tan colpidores que remouen l'ànima. De fet són els personatges centrals de l'obra i en certa manera el fil conductor. Les seves peripècies ens situen en el moment històric: "Mick s'havia acabat el pa de blat de moro. Mirà al seu volt per veure què podia fer. Harry Minowitz era al porxo de casa seva assegut a la barana, amb el diari a la mà. Mick s'alegrà de veure'l . Per fer broma aixecà un braç i li cridà: -Heil!  Però Harry no estava per aquesta mena de bromes. Entrà a la casa i tancà la porta." (Després de llegir aquest paràgraf descobrim  que Harry és un nen jueu a qui Mick, fent una broma, ha ferit sense voler, en fer la salutació nazi).  En tot cas, no aprofundiré més en el personatge de la Mick perquè la seva història té tal entrellat i tanta substància i resulta tan colpidora que em temo que, si insisteixo, inevitablement en faré spoiler. 

I per acabar. Si en comptes del únic mot solitud, que esmentava al començament, per resumir aquesta novel·la, en pogués emprar dos, hi afegiria decepció. Aquesta, sens dubte, és la història de les grans decepcions.